Mi primerísimo trabajo académico publicado en los años 90 fue un textito sobre Weekend, una película de 1967 para la que Jean-Luc Godard se inspiró en un cuento de Julio Cortázar, “La autopista del Sur”. En una secuencia pone en escena el embotellamiento como acontecimiento civilizatorio de la vida moderna, durante el que se producen accidentes y se traban nuevas amistades, nuevas configuraciones de convivencia, todo esto puesto en escena desde un humor disparatado. Weekend comparte con One plus One ese espíritu anárquico, el género inclasificable y la búsqueda de nuevas formas de hacer cine.
Sympathy For The Devil (One plus One) es la película que hizo Godard sobre los Rolling Stones en 1968. La película es una rareza: se mueve y se construye desde una fascinación arbitraria que emana de su sujeto, ejercida sobre el director central de la Nouvelle Vague por una famosa banda de rock y su carismático líder. El rock no es un género favorito de Godard, prefería la música clásica sin duda. Godard y Jagger, dos diablos de la época, y en todo caso una dupla explosiva.
Guy Debord, el autor de La sociedad del espectáculo, manifiesto situacionista publicado en el año del estreno de Weekend, dijo sobre One plus One: “Esto es el trabajo de cretinos, y Godard es el más cretino de todos” (“This is the work of cretins, and Godard is the most cretinous of them all” 1https://www.theguardian.com/music/2006/may/21/28). Desde ya es interesante esta afirmación, porque podemos decir que Weekend y One plus One, como otros filmes de Godard de la época, son desvíos cinematográficos, puestas en escena de inspiración situacionista. Por otra parte, la crítica, en general, no apreciaba este film y lo tildaba de producto chic radical, burgués y stylish, típico de los sixties: pretencioso, incomprensible y aburrido. Hoy, tan lejos del mayo francés e inglés en sentido geográfico y cronológico, podemos decir que Sympathy for the Devil es una pequeña joya, algo único y lleno de una energía característica de esa fase del cine de Godard y la música de los Stones.
La película, la primera de Godard en inglés, es filmada en junio del mítico y emblemático 1968, un mes después del comienzo de la revuelta en las calles de Europa. Godard le dio el título One plus One. Según el mismo Godard,” One plus One (Uno más Uno) no significa uno más uno igual a dos. Significa sólo eso: One plus One…” 2Richard Roud, Jean-Luc Godard, Thames and Hudson in assoc. with B.F.I, 1970, p. 150. Sin embargo, un intertítulo escrito a mano -recurso tan godardiano- le contradice: “1 plus 1 makes 2”. En principio, Godard fue a Londres para filmar con John Lennon y The Beatles, pero ellos no se mostraban interesados, y finalmente llegó a los Stones, casi por azar. Una banda que se encuentra, en cierta medida, en las antípodas de The Beatles. Vaya cambio de sujeto.
Lo que vemos es un montaje de dos rollos diferentes, en una estructura de contrapunto, one plus one. Las y los espectadores editan los fragmentos sueltos en su cabeza, para darles un significado que el film se niega a dar. De ahí, una primera lectura de la ecuación: 1 + 1 = 1968. El estreno escandaloso del film se hizo en 1969, en el London Film Festival. El productor había cambiado el final para ese estreno sin consultarle a Godard, por lo que existen dos versiones (se duplica irónicamente el 1 +1 del título), la del festival con la versión final y completa de la canción de los Stones, la que había omitido Godard, porque para él, “revolution is a work in progress” 3https://www.nytimes.com/2018/09/12/movies/mick-jagger-jean-luc-godard-moma.html, y esto es lo que quiso aplicar al mismo film. Godard, furioso con ese cambio, armó un escándalo, le pegó en la cara al productor en el estreno, y mostró su propia versión bajo un puente y la lluvia cerca de la sala de cine.
Pero también chocaron Godard y Jagger, a quien no le gustó para nada el film. Jagger le dijo “twat” a Godard: imbécil, pelotudo. Marc Spitz, periodista y músico, comenta esta reacción de Jagger: “These radical images married to the Stones didn’t have the fucking impact that obviously was the intention” (“Estas imágenes radicales casadas con los Stones no tuvieron el puto impacto que obviamente buscaban”) 4https://faroutmagazine.co.uk/mick-jagger-called-jean-luc-godard-a-twat/. A todo esto, cabe mencionar que unos meses después del rodaje de Godard, en diciembre de 1968, el documentalista Michael Lindsay-Hogg filma The Rolling Stones Rock and Roll Circus, un documental musical donde se graba unos recitales puestos en escena únicamente para ser filmados, y en las que participan The Who, Jethro Tull, y los Stones. Y esta grabación tampoco le gustó a Jagger que impidió su divulgación durante muchos años. Hoy, esta grabación, como One plus One, contribuye a la memoria del rock de esos años. Hoy podemos decir que Jagger y Godard (1 + 1) representaban dos mentes revolucionarias y creativas de la cultura sesentera que siguieron haciendo sus álbumes y películas con mucho éxito durante años. Y mencionemos también, a modo de anécdota, la aparición y el encuentro de las parejas de Godard y Jagger, Marianne Faithfull y Ana Karina (1 + 1), en Made in USA (1966), en la que Faithfull canta una canción.
Volviendo a Sympathy for the devil. El primer rollo es el registro documental de la grabación de una de las canciones más emblemáticas de los Rolling Stones, “Sympathy For The Devil”, en un set de los Olympic Studios en Londres, donde la banda estaba grabando su noveno álbum, Beggar’s Banquet, muy influenciado por el Rythm and Blues y el Folk, y en el que “Sympathy For The Devil” se escucha como algo excepcional, una búsqueda singular de otros ritmos y estilos. Las espectadoras del film se convierten en testigos de un proceso único de transformación y evolución: la canción de a poco muta de un lento blues a una samba apocalíptica. Es un tema que hasta hoy es fresco y popular, uno de los mejores de los Stones (encuentro yo). Godard logra documentar el proceso creativo de una manera maravillosa y cuidadosa, muy centrada y precisa, respetando absolutamente el trabajo de los músicos, con una cámara a distancia y con largos travellings por el ambiente del estudio medio vacío. Vemos a todos los integrantes originales de la banda, todavía intacta, concentrados en sus instrumentos: Mick Jagger, Brian Jones, Keith Richard, Charlie Watts, Bill Wyman. El guitarrista Brian Jones muere un año después de esta grabación, y muchos quieren ver anticipado su derrumbe en este film. En todo caso, se trata de la construcción cinematográfica de una composición: el registro puro, fiel y minucioso de la génesis de un tema musical, de un proceso performativo.
Por otro lado (rollo 2), vemos imágenes de las fantasías militantes de la época, producidas por el mismo Godard, en escenarios bien grotescos y siniestros, interviniendo algunas calles y sitios de Londres, acompañada por una voice over que, muy aceleradamente, lee un texto desquiciado y prácticamente incomprensible. Aquí aparece el ambiente politizado de la época, el aparato militar-ideológico de occidente. Es básicamente una parodia de la sub/cultura pop y su espectáculo televisivo más exitoso: la Guerra de Vietnam, de la que Godard se hace cargo también en La Chinoise (1967). Este rollo está compuesto por escenas dispares: miembros del movimiento de las Panteras Negras y el Black Power discuten en un depósito de chatarra al lado del río Támesis, con Frankie Dymon Jr. leyendo Eldridge Cleaver’s Soul on ice; un equipo de TV realiza una entrevista coreográfica a Eva Democracia (Anne Wiazemsky, pareja de Godard) sobre las relaciones entre cultura y revolución, drogas, comunismo, sexo, procesos de desculturación, y Eva responde siempre con un “sí” o con un “no”; un ser andrógino (Anne Wiazemsky) pinta grafitis en paredes (“CINEMARXISM”, “CINEMAO”, cosas así); también hay una escena en una Librería que vende revistas porno y comics, y se da una mezcla de voces y discursos. Quizá lo más llamativo: el librero lee fragmentos de Mein Kampf de Adolf Hltler en voz alta y los compradores hacen saludos nazi y deben pegarles a unos maoístas capturados en la librería, mostrando una bandera que dice “Viva el FLN”. Al final del film, Eva Democracia es asesinada por los guerrilleros negros y luego izada en una grúa junto a una bandera roja, al estilo hollywoodense.
Recordemos, para finalizar, el clima político de esos años 60: las guerras de Corea, Indochina, Argelia, Vietnam, la revolución cubana, la revuelta estudiantil. Las sociedades de Occidente están fracturadas, el cine contesta con imágenes fracturadas, el lenguaje del cine se vuelve un arma política en Europa y en Latinoamérica. One plus One es parte de esa deconstrucción del 1968 en la obra cinematográfica militante de Godard. Entre 1967 y 1968 filma Camera-Eye, su contribución a Lejos de Vietnam (Loin du Vietnam, 1967). Es una reflexión sobre los mecanismos de representación cinematográfica en pos de difundir el genocidio en Vietnam. Es metacine: el ojo mirándose a sí mismo, un creador mostrando las armas simbólicas de la lucha, una reflexión reveladora: Vietnam es el espejo de la lucha obrera en Francia; el cine una forma del imperialismo estético y económico de Hollywood. A esta época pertenecen La Chinoise (1967), Le Gai Savoir (1969), Sympathy for the Devil. Y también aparecen trabajos como Un film comme les autres (1968) y los Cinétracts (1968) realizados a varias manos en el contexto del cine colectivo y del grupo Dziga Vertov.
Godard, junto a Gérard Fromanger, realiza el Film-Tract n° 1968 (3´, 1968), una declaración de principios del movimiento político parisino. Ese corto se abre a un cine político-estético muy diferente, se aleja del cine y juega con el arte abstracto. En este nuevo ensamblaje, la fórmula One plus One = 1968, adquiere, una vez más, otro sentido.
Bongers, W. (2024). 1+1=1968, laFuga, 28. [Fecha de consulta: 2025-01-31] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/111968/1202