En el marco de Sanfic 5 la figura indiscutida fue el cineasta Jem Cohen. Todo un logro para un certamen que en general tiene a un cine de narración causal como protagonista, y cuyas principales salas pertenecen a complejos comerciales, justamente una de las temáticas recurrentes de este artista multinacional.
El desplazamiento del espacio público hacia establecimientos de intercambio comercial y la paradoja de la apropiación individual de estos espacios en base al consumo son parte esencial de Chain (2004-99’). A su vez el filme marca un desplazamiento en la carrera de Cohen desde un cine situacional, de asociación de imágenes y trabajo sonoro en base a paisajes y locaciones, a uno que siendo aún experimental integra la narración y los personajes de carne y hueso, en este caso dos mujeres de distinta edad, condición social y origen geográfico. Sin embargo es en la particularidad del relato y la forma en que ambas protagonistas van complementándose sin jamás conocerse ni toparse dentro del filme lo que hizo de Chain una de las grandes películas de este festival.
Sobre la paradoja:
Cohen confesó luego de la proyección que su película inició como la filmación de una serie de lugares de su interés, y que al momento de rodarlas fue viendo la posibilidad de integrar personajes y una narración. Esta integración radicaba en el interés de desentrañar quienes eran aquellos que habitaban estos espacios públicos, y por que se volvían públicos siendo de índole comercial. La pregunta que ronda es el como se apropia y vuelve íntimo un espacio que debiese escapar a esta lógica, pero que finalmente está construido para generar ese lazo con el consumidor-habitante. La transacción comercial integrando a nivel escenográfico el valor de la plaza pública. El mall como centro del espacio cívico, la cadena de tiendas que actúan en base a franquicias y que por esto mismo son lugares reconocibles en todo el orbe. Finalmente la identificación con lo conocido que pasa a ser familiar, en un proceso de alienación individual que sólo tendrá como eje social el concepto marca. La paradoja de la búsqueda de identidad en lugares carentes de ella.
Sobre los personajes:
Dos mujeres son las protagonistas de Chain. Ambas desarrollan un recorrido vital, inverso si se quiere. Tamiko es una ejecutiva japonesa en busca de oportunidades de negocio en América. Amanda una joven en constante desplazamiento laboral. Ambas constituyen el filme gracias a un relato que se emparenta con la figura del diario, reflexiones lejanas a toda épica expresadas tanto en off como a cámara. La figura del desamparo las une. Tamiko en estudio de los parques de diversiones, Amanda en estudio de lo que es su propio recorrido. Una representando la voz de su empresa y la otra reflexionando sobre su vida diaria. Anulación de identidad por parte de una, búsqueda de identificación en el espacio público por parte de la otra. Cohen establece el relato de manera fragmentada, corte directo, estableciendo una suerte de contrapunto con como recordamos lo soñado: pequeños fragmentos de la vida representados, pero que en el filme nada tienen que ver con aquella otra idea tan presente en el cine industrial: el sueño americano.
Acá ese tipo de sueño no está presente: es el triunfo de las grandes corporaciones en ausencia del hombre.
Más allá del homenaje explícito a Chris Marker, hay en Chain una estructura que más recuerda a Alain Resnais: la escenificación de los vericuetos de la memoria y la articulación en base a una voz que pese a ser parte de la historia nos aparece totalmente distante.
Sobre la Belleza:
Más allá de la fascinación que produce, si hay algo que perturba en Chain es el sentido de comodidad que genera. Esa misma comodidad propia del mall, y que aquí se expresa en la instalación de un escaparate interno: la vida de dos personas expuestas tal como si fuesen parte del centro comercial. Extrañamente una película sin vocación masiva, experimental si se quiere, fue vista a sala llena por gentes de distinta índole y, he aquí la extrañeza y alivio, fue vista sin abandono de sala y con un gran interés reflejado en la ronda de preguntas posteriores a la exhibición con el director presente. Fue justamente una de las asistentes quien señaló ese extraño proceso de familiarización que realiza un centro comercial para con sus clientes. Esa triste belleza de luces de neón y de lugares desolados luego del cierre, con personajes desolados luego del cierre.
Finalmente quizás la única gran diferencia entre los habitantes de los centros de intercambio comercial y quienes asistimos a la exhibición de Chain radica en que nosotros si tuvimos la posibilidad de presenciar algo único e irrepetible.
Camargo, R. (2009). Chain, laFuga, 10. [Fecha de consulta: 2024-12-21] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/chain/388