La publicación en castellano de un libro como este no deja de ser un evento importante dentro de la crítica de cine. En primer lugar por que viene a ser una puesta al día de lo que ha ido ocurriendo con ella en los últimos años (considerando a Francia y a una revista como Cahiers du cinéma como ejes privilegiados de su acontecer) y en segundo lugar por que resitúa su labor dentro del contexto cultural actual. Pero hagamos historia. Serge Daney fue crítico de cine desde finales de los 60´s hasta inicios de los ´90 y de paso redactor en jefe de Cahiers, crítico de cine para Libération y fundador de la revista Trafic en la última etapa de su vida. Daney fue a su vez un agudo observador de las relaciones entre el cine y el mundo, asumiendo que ambos se retroalimentan continuamente.
Se dan cita en este libro no sólo filmes (y directores) esenciales de los últimos 30 años como Saló (Pasolini, 1976) , El Padrino (Coppola, 1972), Veronika Voss (Fassbinder, 1982), París, Texas (Wenders, 1984), o Ran (Kurosawa, 1985), si no que a su vez hay un esfuerzo por intentar buscar detrás (o a través) de esas imágenes, problemas que nos hablen de ese “presente” en que se da el cine, conectando con teorías contemporáneas a él (entre otros, Guy Debord, Lacan, Edward Said) o situaciones políticas concretas (La guerra del golfo en el ensayo “Antes y después de la imagen”).
Cartógrafo, sí, pero a su vez escritor (dando cabida a una escritura personal, abierta, reflexiva), asumiendo un lugar, una ética en dónde situar a la crítica con respecto a la sociedad, Serge Daney parecía saber que muchos de sus postulados eran románticos (por entregados, rendidos, a una muerte posible del cine inserto en la cultura postmoderna), asumiendo la cinefilia como una resistencia por sobre una entronización en el nombre del “gran arte”, la tecnología o la visualidad. La cinefilia, en los tiempos que corren, deja de ser una actitud inocente, aunque a su vez sabe que es un ghetto a punto de caer (su gran salvaguarda, pareciese ser el fundar revistas, el mantenerse activo dentro de la escritura). Situado dónde está, Daney pareciera rechazar de plano las defensas disciplinares, cualquier tipo de prescripción a la hora de escribir (muchas veces fugándose del objeto, haciendo que este sirva sólo de excusa para hablar de otras cosas) y de servilismo a la economía de mercado. Lúcido, enmarca su trabajo crítico en un contexto específico, el de una época dónde las imágenes pareciesen haber sobrepoblado el mundo, y en dónde lo visual pareciese preponderar por sobre la imagen asumiendo todo lo de complejo, paradojal y problemático que puede tener esta última. Entre medio de todo eso, la labor del crítico.
Pinto Veas, I., Bernini,, E. (2005). Cine, arte del presente, laFuga, 1. [Fecha de consulta: 2024-12-21] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/cine-arte-del-presente/245