(Des)montando fábulas. El documental político de Pedro Chaskel da cuenta de la investigación realizada por la académica Catalina Donoso y la montajista y docente Andrea Chignoli, sobre la vida y obra del destacado realizador chileno.
Un libro sobre Chaskel era deuda de la literatura especializada reciente. Protagonista por más de cuarenta años en la historia del cine nacional, la labor de Chaskel como realizador y montajista para cine y televisión nos hablan de una vida dedicada al cine y, como es capaz de mostrarnos este libro, de una vida y un cine que jamás pudo o quiso escapar del tiempo del cual fue parte. Por eso, es al mismo tiempo el libro de Chignoli y Donoso sobre Pedro Chaskel, y sobre Chile y su cine, cuando debió emerger, exiliarse, retornar y consolidarse. Esto, en conjunto con el tono ameno y sencillo de su escritura, significa un gran aporte para todo tipo de lector, conocedor o no de la obra de Chaskel y sus contemporáneos.
Llama la atención también que un estudio sobre autor, considere su trabajo como director y montajista. Esto adquiere sentido para las autoras bajo la premisa de que el arte del montaje opera como constructor de significado, y por ende deja su estampa autoral en la obra. Al mismo tiempo, se da la particularidad de que el trabajo de Chaskel como montajista es mucho más reconocido que como director, entonces este objetivo también cumple con dar a conocer al público trabajos de Chaskel que no han gozado del mismo protagonismo que han tenido por ejemplo La Batalla de Chile o El Chacal de Nahueltoro.
El estilo clásico en que suelen ir los libros sobre autor también se rebela al ir contando la historia (y la historia fílmica) de Chaskel, en simbiosis a la historia de un país, en su momento marcado por el tumulto político que sirvió de base a un gran movimiento, no sólo chileno, también latino, que redefinió al cine local y para siempre. Entonces, el Chaskel autor sólo puede ser entendido como agente de su tiempo y miembro de una colectividad que se ha planteado un objetivo político para su arte. Así, no es extraño considerar la labor del montajista como aún más cercana a la idea actual de autor –más íntima, personal, subjetiva-, con la que se tiende a asociar al director. De todas formas, incluso dejando atrás la trasformación de Chile en los sesenta, la dictadura y el exilio, el libro nos cuenta cómo la aproximación de Chaskel a la realización cinematográfica nunca ha dejado de ser política, y en ese sentido conocer cómo concibió su trabajo en Al Sur del Mundo, incluso su labor docente y como formador de audiencias, resulta ser uno de los mayores aportes de este texto.
El primer capítulo sobre la biografía de Pedro Chaskel nos habla mucho sobre una época clave en la historia del cine chileno. Por eso dialoga tan bien con otros libros de relevancia, sobre todo Las fuentes del nuevo cine latinoamericano de Marcia Orell y Teorías del cine documental chileno: 1957-1973 de Pablo Corro (Ed.), otorgándole al lector un texto tremendamente bien situado, lleno de referencias útiles para continuar profundizando, y también que hace gala de una escritura romántica, cargada del idealismo que definió a una época, que divierte e inspira con anécdotas de aquellos que levantaron prácticamente sobre nada uno de los momentos más importantes en la historia de nuestro cine. La historia de Chaskel también es la historia de la Cineteca de la Universidad de Chile y el Centro de Cine Experimental, y hay que destacar el gran valor como investigación de toda esta historia, que gracias a este libro está disponible para tantos lectores.
El segundo capítulo dedicado a profundizar sobre el contexto del Nuevo Cine Chileno y Latinoamericano, donde Chaskel ocupa un lugar fundamental. Continúa la épica del Centro de Cine Experimental, y también se aboca a revisar ciertos textos considerados fundamentales de la época por las autoras, que aquí dialogan con publicaciones más recientes, pero siempre volviendo a Chaskel y a su obra, para comprenderla desde esta lógica. El libro siempre entiende el trabajo de Chaskel desde lo político, en donde las conversaciones con el mismo Pedro resultan esclarecedoras para comprender las bases políticas de su cine desde lo material, lo práctico, y no por sobre categorías abstractas que tienten a alejarnos del producto fílmico mismo, si no a acercarnos a la imagen, y a lo que la ésta nos dice sobre las sociedades desde donde surge.
A continuación, el libro se aboca a analizar la obra de Chaskel separada por períodos: Cine Experimental se refiere a las cintas realizadas con el apoyo del centro, antes y después de la llegada de la Unidad Popular al poder y antes del golpe de estado. El período cubano marca el exilio del realizador, que comprende su trabajo desde La Batalla de Chile. También, en paralelo a su trabajo en Cuba, se observan los trabajos orientados a denunciar la dictadura en Chile en conjunto con realizadores que continuaban en el país. Por último, el regreso de Chaskel del exilio está marcado por su llegada al mundo televisivo, donde realizó documentales especialmente diseñados para estas audiencias, de temas patrimoniales de interés general (no problemáticos para las autoridades), donde destacaron las piezas para el programa Al Sur del Mundo. Cabe mencionar que se mencionan varios trabajos para televisión, pero sólo algunos son analizados. De cualquier forma, el trabajo de identificación de este material con sus respectivas fichas técnicas es otro buen aporte para investigadores.
Tras este apartado, las autoras realizan la conclusión, que tanto investigadoras como lectoras han de hacerse tras haber recorrido junto a Chaskel esta vida marcada por el cine y la transformación de nuestra nación. “Parece que todos le debemos algo a Pedro” es la frase elegida para resumir la importancia de este cineasta para Chile. Sin embargo, como lectores sentimos que nos hemos perdido un poco de esto. Que esta historia de alguna forma ha quedado para aquellos que tuvieron el privilegio de vivirla. Es reconocido por las autoras todo lo que ha faltado en el libro –y quizás debieron esperar y aumentar un poco-: Hay tanto que decir sobre el aporte que ha hecho Pedro Chaskel hasta hoy, más allá de su trabajo como director y montajista, que el entusiasmo inicial que nos deja el libro comienza a apagarse hacia el final, sintiendo que algo nos ha faltado, que nos hemos perdido de mucha historia y de muchas imágenes, que ahora entusiastas queremos conocer.
Cariaga, N. (2013). (Des)montando fábulas. El documental político de Pedro Chaskel, laFuga, 15. [Fecha de consulta: 2024-12-02] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/desmontando-fabulas-el-documental-politico-de-pedro-chaskel/635