Cerca de treinta horas de proyección dan una señal de la extensión de los dieciséis documentales incluidos en la competencia del reciente Festival de Cine de Valdivia, elegidos entre numerosos títulos postulantes. Un conjunto caracterizado por su irregularidad en cuanto a la calidad de algunos de los trabajos exhibidos, en contraste con otros cuya historia, tema o tratamiento, exhiben resultados de mayor interés.
La memoria constituye un eje en el que han fijado su atención algunos de los realizadores presentes en la selección. Abordada a través de las vivencias de los propios autores o bien, de una forma más distanciada con los hechos que desean traer al presente(y que no han vivido en forma directa). Ambos estilos completamente válidos.
Una de ellas es la cinta ganadora y ampliamente difundida, Actores secundarios (2004), cuyos realizadores Jorge Leiva y Pachi Bustos, son de algún modo, relatores de su propia experiencia. Pese a su austeridad estética, logra emocionar estructurando una historia coherente del agitado período del que da testimonio. A través de sus personajes, transmite un fuerte sentimiento gregario surgido al alero de las protestas estudiantiles secundarias contra la dictadura. También, la nostalgia por un pasado que no volverá, sensación que logra expresar con una honestidad y espontaneidad que se agradece.
Con similar apertura y valentía, el realizador David Albala, vive, expone y protagoniza su reciente proceso de rehabilitación en el documental PersPecPlejia (2005), que cuenta con valiosos testimonios que logran gran empatía con el espectador.
Trelew (Mariana Arruti, 2003), un documental que al llegar a Valdivia acumula varios premios, revive un fragmento de historia argentina. Se trata de una acabada reconstrucción de los dramáticos hechos acaecidos en una cárcel de alta seguridad en la Patagonia de ese país durante 1972. Mariana Arruti, documentalista y antropóloga argentina, construye minuciosamente con los habitantes de Rawson -pueblo vecino al penal- y otros testigos, el relato de la fuga de más de una veintena de presos de la izquierda política, consiguiendo gran tensión narrativa y dramática.
Dos cintas que indagan en nuestro pasado con estilos muy diversos, son Si quieres hacer reir a dios (2005), del debutante Mauricio Claro, quien pese a extenderse, logra rescatar la singular figura del fallecido cineasta chileno Helvio Soto en el contexto del “Nuevo Cine Chileno” de fines de los años 60. La otra es 80’s (2005) de Eduardo Bertrán, una liviana mirada sobre la década, mediatizada con valiosos archivos de TV de la época y con el propio autor como hilo conductor.
De regreso al presente, se pone en evidencia el vivo interés de algunos documentalistas por la denuncia directa y bien fundamentada, de la explotación indiscriminada de nuestro patrimonio ambiental por empresas transnacionales.
En esa línea se inscriben trabajos como Apaga y vámonos (2005) del catalán Manel Mayol. A través de una cuidada imagen, fija su desapegada y por momentos refrescante mirada del conflicto generado entre la empresa española Endesa con las familias pehuenches involucradas, a raíz de la construcción de la gigantesca central hidroeléctrica Ralco en el alto Bío Bío.
Un mundo ausente (2004), del documentalista chileno instalado en Bélgica, Ronnie Ramírez, se constituye como una descarnada radiografía de la ciudad de Puerto Aysén y sus habitantes. Los que se debaten entre su desolación, la falta de oportunidades y la inminencia de la instalación de una planta de aluminio en parajes que sucumbirán luego de que ello se haga realidad.
Ovas de oro (2005) exhibe una lograda investigación y producción de Anahí Johnsen y Manuel González Llanos, quienes denuncian las graves consecuencias del asentamiento de la industria salmonera manejada por empresas foráneas.
Se trata de trabajos que exponen la indefensión en que los chilenos nos encontramos frente a la irrupción de estos colosos internacionales. Denunciando e ironizando los supuestos beneficios que estas empresas estarían aportando a la nación. Exploran una interesante vertiente que puede contribuir a ampliar las historias del presente y del futuro, cuidando -eso sí- de no perder la riqueza y complejidad de la expresión documental en pos de su fuerte contenido.
Pequeño, P. (2005). Documentales en Valdivia , laFuga, 1. [Fecha de consulta: 2024-11-21] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/documentales-en-valdivia/68