El silencio de Kieslowski

Por Sergio Salinas

 
 

Ha causado impresión el anunciado retiro del realizador polaco Krzysztof Kieslowski del mundo del cine. Su decisión obedecería a un solo y simple motivo: el creador de No amarás ha declarado que ya no puede añadir más a lo que ha expresado en las películas que ha dirigido.

No es difícil imaginar los fundamentos de esta decisión tan radical cuando se conoce algo de la obra de Kieslowski. Sus filmes recién se están estrenando en Chile, pero basta haber visto No amarás, No matarás, La doble vida de Verónica o esa extraordinaria cinta titulada Sin fin (presentada en nuestro país dentro de un ciclo de cine polaco) para comprender que este creador es alguien para quien la dimensión ética de los actos humanos tiene una importancia trascendental. Sólo un moralista de su talla puede plantearse algo que en la sociedad contemporánea parece una locura: la importancia del silencio y de la renuncia.

Más significativo es su gesto considerando el momento en que lo realiza: cuando sus obras están conociendo un éxito importante a nivel internacional. Varias de ellas son sucesos de público en países europeos y han sido premiadas en los más importantes certámenes mundiales. Después de realizar un cine crítico e inconformista de la realidad social de su país durante los años setenta y parte de los ochenta, Kieslowski se abocó, en el Decálogo y en la trilogía de los colores: Azul, Blanco y Rojo, a una exploración de las realidades profundas de las conductas y sentimientos humanos. Por lo que hemos conocido en nuestro país de esas obras, se aprecia allí un planteamiento original, intensamente espiritual y honesto, apartado de las modas y del uso comercial del cine. Sólo alguien capaz de realizar esas obras puede también tener el coraje de renunciar a los halagos de la fama y el dinero. Ese gesto contiene la más rotunda descalificación de los falsos valores de una sociedad cada vez más deshumanizada, materialista y carente de orientación.

Kieslowski entrega con esta decisión quizás su mayor enseñanza, la más radical y conmovedora. Qué lección para quienes convierten el cine en instrumento de la necedad, la vulgaridad y el lucro o en plataforma de la egolatría y el lucimiento personal.

La Estrella. Suplemento ‘Superestrella’. Valparaíso, viernes 9 de septiembre de 1994.

 

 
Como citar:
Salinas, S. (2013). El silencio de Kieslowski, laFuga, 15. [Fecha de consulta: 2024-10-09] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/el-silencio-de-kieslowski/634