Entrevista a Adrian Martin

Por Iván Pinto Veas

Biografía +

Crítico de cine, investigador y docente. Doctor en Estudios Latinoamericanos (Universidad de Chile). Licenciado en Estética de la Universidad Católica y de Cine y televisión Universidad ARCIS, con estudios de Comunicación y Cultura (UBA, Buenos Aires). Editor del sitio http://lafuga.cl, especializado en cine contemporáneo. Director http://elagentecine.cl, sitio de crítica de cine y festivales.


 
 

Iván Pinto: Hola Adrian, primero que nada me gustaría saber tu impresion de FICV08

Adrian Martin: Es un festival de clara línea programática, una especie de investigación del estado del cine latinoamericano contemporáneo. Y he podido ver cosas desde México a Chile y lo que puedo decir es que he visto filmes que mezclan elementos interesantes de la ficcion y el documental, lo que percibo como un estilo dentro del cine latinoamericano…

I.P.: En la presentación de tu libro durante el festival hablaste de un verdadero movimiento cultural sur-oeste entre Australia y Sudamérica que iba más allá de las fronteras nacionales… ¿en qué consistiría este movimiento?

A.M.: De lo que se trata es de establecer una especie de experimento en el que tratemos de definir una “nueva zona” del mundo donde nuestras relaciones sociales y políticas tengan que ver con nuestra relación con los poderes mundiales. Un ejemplo interesante, por ejemplo, fue cuando Raúl Ruiz estuvo en Australia… él me dijo le parecía interesante la oposición de los indígenas en Australia, y que le parecía similar a lo que ocurría en Chile con el pueblo mapuche; él veía en esa historia local una relación con la cultura chilena y llegó a pensar en un proyecto cinematográfico que cruzara ambas historias, ambas culturas.

I.P.: Hablaste, a propósito de la relación entre centro y periferia, entre lo local y lo global que el eje de un movimiento así sería producir nuevos centros, nuevas teorías, nuevas máquinas para producir teorías, más flexibles, más nómades … ¿qué articularía esta “nueva zona”?

A.M.: La idea es bastante simple. Tiene que ver que en donde estemos juntos, donde compartamos, ese es el centro. Y es en verdad bien simple, pero implica una revolución dentro de nuestras propías cabezas para ajustar esta idea (por ejemplo, nosotros los autralianos siempre nos comparamos con los otros centros y siempre está la idea de comparación con los centros). Pero una teoría nómade implicaría un juego de palabras. Por un lado la teoría viaja, y por otro lado es una teoría del viaje. Es una forma muy australiana de ver los problemas del mundo. La teoría como una una caja de herramientas, una maleta: dos personas se juntan y comparan sus objetos. Darse cuenta que la verdad esto es lo que tenemos a mano. No es que algo nos falte, no es que necesitemos mas traducciones de las teorias francesas si no más “teorías utiles” (en Australia utilizamos la palabra “u-theory”). La primera vez quer tuve un encuentrto con esto fue en mis lecturas tempranas del filósofo Gilles Deleuze a los 17 años, y él definia las teorias como anteojos. Si tienes un par de anteojos y no ves nada entonces esa teoría no sirve para nada. y si te pones otros anteojos y ves algo entonces es una teoría apropiada para tí. Entonces fue un placer para mí conocer a Cristián Sánchez (un lector asiduo del francés) y que le dice a sus estudiantes que no solamente tomen sus ideas del cine chileno si no de cualquier cinematografia que les sea útil…

I.P.: ¿Qué rol le das a la crítica? Hablaste de algunos “rangos” en que ella se mueve… 1Charla de Adrian Martin sobre “El estado de la crítica” realizada durante FICV 08

A.M.: Amo la idea de Serge Daney para quien el crítico es alguien que transita de un lado a otro y un constructor de puentes. Alguien que une dos cosas que antes no estaban conectadas. Pienso que la sensibilidad del crítico argentino Quintín con los festivales de cine está muy relacionada con esto, e incluso lo que ocurre en este festival, sobre poner dos cosas juntas, dos personas, dos países, dos películas juntas… es justamente construir puentes y unir…

I.P.: A propósito, ¿qué opinas de lo que dijo Quintín acerca de abolir las revistas de cine?

A.M.: No creo realmente que lo haya dicho en serio. Creo que él tiene una manera provocativa de hablar de lo que él ve que sucede en internet. Y lo que pasa es que en internet las revistas en sí ya estan abolidas. Lo que el quería decir -me lo aclaró después- es que cada página en internet es un punto en una red… y entonces uno lo ve como un motor de búsqueda de internet donde yo pongo “Iván pinto” y “Tarkovsky” y aparece una página. Y como lector yo no pienso que es la revista laFuga o la revista Rouge sino que es un punto. Entonces el discurso es: “disolvamos esto de la actividad de la crítica en diferentes puntos y conectemos esos puntos”. Y de alguna forma puedo decir que como escritor -no como editor, porque me gusta la idea de revista- me pasa algo similar, trato de poner cosas diferentes en puntos diferentes e intento conectarlos. Gente como Jonathan Rosenbaum también trabaja de esa manera.

I.P.: En la presentación que hiciste, hablaste -a partir de los trabajos de Serge Daney y su Ciné journal- de de una escritura donde las definiciones y los marcos tendían a borrarse, y donde se pasaba de una funcion descriptiva a una ligada a la memoria o la fantasia en un solo gesto. Decías que esta escena se correspondía también con una serie de giros en el cine contemporáneo, una cierta escena, también, del cine… ¿qué caracteriza a este cine?

A.M.: Creo que el film que ganó en Valdivia de Miguel Gomes Aquel querido mes de agosto (2008) es un excelente y maravilloso ejemplo de esto. Lo interesante s que es el ejemplo de un cine rodea, se da vueltas, por zonas de ficción, de documental, de sueño. Lentamente se va desarrollando una historia, pero la historia no es protagonista, más bien tiende a alejarse de la historia. también el uso de la música que funciona como una interconexión de estos niveles. Y de alguna forma esta película logra un viejo sueño mío -que también tiene que ver con Deleuze- que dice que el arte debe tener varios puntos de entrada. Y que en cada punto de entrada, cada punto de vista, uno construye un tipo de experiencia de película y cuando uno entra de otra forma, uno tiene otro tipo de película, otro tipo de experiencia. Personalmente, es algo que he tratado de plasmar en lo que yo escribo, cada punto de entrada, te da una suerte de experiencia, y no agota la película. Y así fue como escribí mi libro sobre Once Upon a Time on America (Sergio Leone, 1984) en veinte capítulos cortos en que cada uno es un punto de entrada a la película.

 

 
Como citar:
Pinto Veas, I. (2009). Entrevista a Adrian Martin, laFuga, 9. [Fecha de consulta: 2024-11-21] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/entrevista-a-adrian-martin/261