Entrevista realizada durante BAFICI 08. 1Ir a Un salto al vacío
Juan E. Murillo: ¿Cómo vivió usted el clima político y cultural de Japón en los sesenta?
Koji Wakamatsu: Fue la época de mayor libertad creativa en Japón. Uno podía expresarse sobre Vietnam, las reivindicaciones estudiantiles, sindicales, así que saqué muchas películas.
J.E.M.: ¿Cuál fue su formación como cineasta?
K.W.: No fui a ninguna escuela de cine. Empecé de a poco a meterme en el cine ayudando en cualquier cosa, luego, a los 22 años empecé a trabajar en películas como “cadete”, llevando la comida a los rodajes y cosas así. Ahí me di cuenta que a través del cine uno podía decir cosas sin tener problemas con la ley, cosas que si dices en la vida real te meterías en líos.
J.E.M.: Una de sus películas fue censurada en Francia, porque ficciona el asesinato de un ministro, y en Estados Unidos también ha tenido problemas por ser de izquierdas. ¿Cómo ha sido el tema de la censura en Japón, teniendo en cuenta el contenido explícito en muchas de sus películas?
K.W.: Ninguna de mis películas fue censurada en Japón.
J.E.M.: ¿Qué relación establece usted entre sexo y política?
K.W.: No sé, es mi forma de expresar ideas, a través de esos u otros elementos. Podría ser la pintura, pero yo hago películas. El resto son palabras, es justificar la obra y el artista, al menos mi caso, siente algo, tiene una idea, y quiere expresarla, no explicarla. El público por supuesto tiene todo el derecho de hacer interpretaciones sobre esa obra.
J.E.M.: En Cycling Chronicles (2004) llama la atención la banda sonora, especialmente la voz de un cantante que grita, aúlla, gime.
K.W.: En el caso de esa película le pedí a Kazuki Tomokawa, un cantautor con un estilo muy particular, que tratara de expresar lo que el chico sentía mientras escapaba en su bicicleta.
J.E.M.: Sobre la misma película, ¿por qué evita mostrar el momento en que el chico asesina a su madre? Siendo usted tan aficionado a la sangre…
K.W.: Lo que pasa es que cualquier director hubiera puesto la imagen, pero yo quería contar no el asesinato en sí, sino lo que pasaba por la mente del chico y, de esa forma, intentar entender como piensan los jóvenes de 16 años hoy en Japón. Por eso sólo muestro un plano muy corto de un bate que atraviesa la pantalla. No quise mostrar nada más.
J.E.M.: ¿Cómo trabaja con sus actores?
K.W.: No me gusta la gente que ya está formada, siempre busco para los personajes gente que tenga algo interior, auténtico, no cosas que sean producto de una formación. No me gustan las estrellas, ni la gente que ya es negra o blanca, poniéndolo en colores, sino que busco el matiz.
J.E.M.: ¿Cuáles son sus preocupaciones actuales al momento de filmar?
K.W.: Son las mismas de antes, un artista no cambia, sino estaría mintiendo. Lo único que me preocupa realmente ahora son los costos que necesito para hacer una película.
J.E.M.: ¿Conoce algo de cine chileno?
K.W.: Sí, Llueve sobre Santiago, en la que participé como productor 2Probablemente un malentendido de su intérprete, puesto que Llueve sobre Santiago (Helvio Soto, 1975) sólo se filmó en Bulgaria. Quizás se refirió al éxito de taquilla que Llueve sobre Santiago logró en Japón.
J.E.M.: Por último, ¿busca usted la agitación a través de sus películas?
K.W.: Bueno, yo no digo que hagan tal o cual cosa, sino que depende del espectador como reacciona frente a lo que yo le muestro. La verdad es que yo no me considero anarquista ni nada de eso, soy una persona común y corriente. Por eso puedo hacer películas.
E., J., Pinto Veas, I. (2009). Entrevista a Koji Wakamatsu, laFuga, 9. [Fecha de consulta: 2024-12-21] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/entrevista-a-koji-wakamatsu/250