Pampas Marcianas

Entre la crítica social y la imaginación de mundos posibles

Por Daniel Salas

Director: Anibal Jofré Año: 2023 País: Chile

 
 

Un adolescente que vive en el pueblo de María Elena toma su handycam para filmar su recorrido al colegio. Al llegar, entrevista a sus compañeros de curso, profesores y todos los integrantes de su comunidad educativa preguntándoles: “¿Qué opinan acerca de que los Pampinos seamos los primeros en colonizar el planeta Marte?”

 

Pampas Marcianas (2023), dirigida por Aníbal Jofré, es tan inteligente en su planteamiento como extraña en su forma, lo que la convierte en un caso difícil de clasificar y altamente recomendable para ver. En términos de Raúl Ruiz, se presenta como un tipo de cine más cercano a lo “artesanal” que busca, ante todo, ser un objeto poético, en tanto que su entendimiento debe ser descubierto por cada uno de nosotros. 1Ruiz, R. (2013). “Poética del cine”. Ed. Universidad Diego Portales. P.96

En dicho sentido, la hipótesis de la conquista de Marte por parte de los habitantes de María Helena, los “Pampinos”, funciona como un mecanismo retórico que transforma la obra en una especie de híbrido entre el documental y la ciencia ficción. El guion, escrito por Aníbal Jofré, Felipe Morgado y Melisa Miranda, no sigue la estructura narrativa convencional, ya que la interrogante se comporta como una suerte de centro gravitatorio alrededor del que todos sus elementos parecieran orbitar sin una línea narrativa clara.

La pregunta, por lo demás, es una invitación a participar en un juego de especulaciones y ensoñaciones de mundos posibles, a partir de lo imposible, todo ello remitiendo al imaginario de los viajes interplanetarios desde el lugar más parecido a Marte en el planeta Tierra. Las respuestas y reacciones varían entre las personas: algunas participan con entusiasmo, elaborando complejas teorías entre risas, y otras que aprovechan la oportunidad para reflexionar críticamente sobre los problemas sociales que aquejan al territorio. La más elocuente de estas últimas respuestas la da una estudiante, quien declara que “no tiene sentido ir a otro planeta si ni siquiera hemos podido cuidar el nuestro”. Entonces, el juego, sin perder su carácter lúdico, se convierte en un asunto serio.

María Elena es un pueblo marcado por el olvido histórico, el aislamiento geográfico y la precarización laboral. Además, al estar ubicado en el lugar más seco del mundo, el desierto de Atacama, padece de las consecuencias del cambio climático y la escasez del agua que ello implica. En este contexto, la obra da cuenta del complejo entramado humano y la red de relaciones entre las aproximadamente 6.500 personas que viven en el lugar, explorando sus vínculos territoriales e identitarios junto con la ominosa presencia de la última salitrera activa en el mundo, que mantiene a los Pampinos suspendidos entre las injusticias sociales y en un tiempo productivo al borde de desaparecer.

Consciente de ello, entre operaciones cinematográficas, testimonios reales y ejercicios de montaje, la realización no impone un punto de vista, sino que hace partícipes a los propios lugareños en la creación cinematográfica fijo, permitiéndoles autorrepresentarse. Es coherente que la realización de Jofré, producida por Felipe Morgado, forme parte del proyecto MAFI (Mapa Fímico de un País), colectivo de cineastas que busca, precisamente, establecer nuevos vínculos y maneras de relacionarse con los territorios de toda una nación. La obra, más que representar o narrar, lo que busca es establecer un diálogo con sus habitantes, permitiéndoles mostrar sus propias comunidades. Lo que, en términos de la teórica Stella Bruzi, supone una aproximación mucho más honesta entre el cine y la única realidad posible de la que puede dar cuenta, la del encuentro entre dispositivos y sujetos. 2Bruzzi, S. (2006). New Documentary: A Critical Introduction (2.ª ed.). Routledge. p. 10

Además, la interrogante, al emplear la frase “Colonizar Marte” para ser enunciada en María Elena, produce fricciones y probocaciones que están lejos de ser ingenuas. Desde una perspectiva crítica emergen tópicos como la desaparición de la Tierra, la noción de lo post-humano, el cambio climático, el colonialismo y la noción de la alienación. Esta última entendida como aquello “otro”, “diferente”, “apartado”, y por lo general, “amenazante”. Efectivamente la obra muestra a sujetos desconectados, escindidos o separados respectoa al resto del país, pudiendo ser considerados, si es que ya no lo son, como verdaderos “extraterrestres” o al menos, como “extrachilenos”. Tras la imagen del “alienígena”, entonces, subyacen muchos más sentidos de los que podemos imaginar.

Por su parte la idea del colionalizmo remite no solo a la imposición de una identidad que pareciera no pertenecerles, sino que a la de un modelo económico basado en el extractivismo. Lo que se refleja en que la empresa SQM se ha adueñado de la salitrera y, por ende, de la única actividad económica del lugar, así como de prácticamente todos los recursos naturales del territorio, lo que convierta a María Elena en una zona de sacrificio al no tener un acceso directo al agua en medio del desierto más árido del mundo.

La película, consciente de ello, es bastante astuta para instalar la crítica social a partir de dinámicas lúdicas, lo que no implica, en absoluto, tomarse a la ligiera los temas hasta ahora enunciados. Precisamente, porque se los toma muy enserio, es que aprovecha aquel extraño espacio, posibilitado únicamente por el juego, para poder decir lo incorrecto sin problema. A fin de cuentas, el bufón es el único autorizado para burlarse del Rey. 

En dicho sentido, la realización utiliza de manera operativa y efectiva su ambigüedad e indefinición para ir y venir de una situación a otra, de un tiempo a otro, de una diégesis a otra, con total facilidad y organicidad. Empleando recursos como la ironía, el sarcásmo e incluso la burla dirécta, que son aceptados con ligereza y a la vez producen una suerte de extrañamiento o distanciamiento capaz de transformar a sujetos pasivos en agentes críticos. 

Por otro lado, hacer ciencia ficción desde Latinoamérica es un gesto de resistencia y  emancipación cultural, al apropiarse y reinventar un género cinematográfico que nos ha sido impuesto. Aníbal Jofré busca desmantelar una de las preconcepciones más enraizadas en el cine convencional: la idea de que se requiere de grandes presupuestos para su realización. Pampas Marcianas demuestra contundentemente que dicha premisa es falsa. Al contar con el desierto como telón de fondo, basta con insertar simples y económicos elementos para lograr, incluso de mejor manera que muchas películas comerciales, el efecto de la especulación futurista.

Para concluir, los “astronautas” que arriban a Marte, son aquellos trabajadores y obreros que, a principios del siglo XX, construyeron la salitrera en María Elena. En esta secuencia, de pura ambigüedad, se disuelven totalmente los límites entre Marte y la Tierra, entre Pampinos y alienígenas, entre ciencia ficción y documental, y sobre todo entre presente, pasado y futuro. Entonces, la película nos devuelve directamente la pregunta: ¿Qué piensas tú de que sean los Pampinos los primeros en colonizar Marte?

 

 

 

 
Como citar:
Salas, D. (2024). Pampas Marcianas, laFuga, 28. [Fecha de consulta: 2025-02-19] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/pampas-marcianas/1215