Eliseo Verón debe ser justificadamente uno de los teóricos y analistas de la comunicación más relevantes a nivel latinoamericano, habiendo fundado toda una línea de investigación ligada a la semiótica en Argentina (en conjunto con otro grupo de autores como: Oscar Steimberg y Oscar Traversa) y publicado más de una decena de libros entre los que podemos incluir: Conducta, estructura y comunicación (1968), La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la discursividad (1988), Esto no es un libro (1999), Efectos de agenda (1999), El cuerpo de las imágenes (2001), Espacios mentales. Efectos de agenda 2 (2002). Preocupado por la historia y destino de los medios, una de sus últimas preocupaciones ha sido justamente la del “fin de los medios”, incluyendo entre ellos la Televisión, otra de sus grandes preocupaciones. laFuga conversó con él, en el marco de su visita en ICEI, Universidad de Chile, durante el 2009.
Semiótica y cine
Iván Pinto: ¿Cuál es su relacion con el cine?
Eliseo Verón: Primero que nada soy un simple consumidor, me gusta. Nunca fue mi objeto de investigación, pero conozco algunos desarrollos de la semiología del cine (particularmente los acercamientos de Christian Metz) pero que me interesan en función de otras cosas, no respecto del cine, si no como momentos dentro de la evolución de la semiología.
I.P.: ¿Hay algo que podamos trabajar en ese hiato, entre usted como consumidor de imágenes y como alguien que trabaja con objetos de la comunicación?
E.V.: Voy a tratar de nombrar elementos respecto a los que el cine puede aparecer en algún momento. No como objeto de análisis (nunca hice análisis de films). Voy al cine, y obviamente me parece el fenómeno cultural más importante del siglo XX. Desde ahí me interesa en tanto diferenciar el cine y la televisión. Eso lo traté de clarificar para mí mismo. Por otro lado, dado que es uno de los grandes fenómenos de la comunicación de masas, entra como un tema en la discusión actual sobre el fin de los medios de masas . Ahí también el cine forma parte de una lista donde están el CD, la televisión clásica, el diario de papel… ahí hay una serie de medios que han cumplido un papel muy importante y donde se empieza a discutir qué es lo que va a a quedar, qué va pasar, si van a desaparecer, o si van a transformarse. Desde esta perspectiva, el cine estaría dentro de esa lista de especies en vías de extinción.
I.P.: …en qué otro contexto puede aparecer…
E.V.: Dentro de la evolución de la semiótica, la semiótica del cine fue el primer desarrollo fuera de su objeto tradicional que en un primer momento fue la literatura. En un primer momento la semiología se interesó por esos fenómenos de la creación estética. El cine era lo más noble a nivel de la imagen móvil. Y entonces se dió ese primer movimiento conceptual en la década del 60, y con ello se dio un movimiento verdaderamente importante en la historia de los signos, sobre todo en Francia. Ese momento a mí me interesa como parte de la reflexión sobre el signo, pero no porque el cine sea un objeto teórico. Es tan complejo en sí mismo que para mí sería como cambiar de campo. Me resigné a no ocuparme de eso. Sobre todo lo tengo presente como contraste con la televisión, que es lo que trabajo.
Cine y televisión: distancias
I.P.: Podríamos hablar de eso… sobre todo a partir de las relaciones, distancias, y lo que no tienen en común la televisión y el cine…
E.V.: Desde ese punto de vista, es verdad -y eso tal vez explica que la academia haya dignado en ocuparse de ese objeto- que el cine está más dentro de cierta producción tradicional de ficción. A pesar de que se transforme en ficción por imágenes el cine recogió desde sus inicios una larga tradición de relatos que venían del teatro, el folletín, la novela. De algún modo está en relación con ese universo más clásico. Me parece que la televisión fue un fenómeno más radicalmente nuevo y que tuvo poco que ver con eso ya que condujo otro tipo contrato de comunicación con el destinatario que no es ese universo cerrado de la ficción (y que justamente es fascinante porque no estoy adentro). Pasó a una comunicación mucho más de contacto, desde el hecho de que “estoy hablando con vos y que te cuento lo que pasa”. Me parece que por ahí pasa la diferencia más grande con respecto a lo que pasa con la televisión. Pero me parece que son dos medios de masa totalmente distintos.
I.P.: Sin embargo tienen algunos elementos en común: escena, cuerpo, palabra. Son elementos que has analizado con respecto a la televisión…
E.V.: Sí. Eso vale para muchos medios, además. Mi principio conceptual es que el cine es un medio icónico y la televisión un medio indicial. Más allá de eso hay personajes, conversación y gente en ambos casos.
I.P.: Hablemos un poco sobre ese carácter indicial de la televisión….
E.V.: A mí me parece que el fenómeno histórico nuevo en la emergencia de la televisión es esa relación de contacto de los géneros propiamente televisivos y del soporte del medio que todavía no estaba mediatizada. Y eso a mí me lleva a diferenciar entre soporte y medio. El soporte es el soporte técnico. Medio es ese soporte utilizado de una cierta manera en la sociedad. Los géneros televisivos son todos géneros de contacto. Siempre hay un señor que me habla mirándome a los ojos. Después… en el soporte televisivo se pueden pasar películas pero eso no tiene nada que ver. Eso es un tema de soportes, no de medios.
El cine absorbió toda la necesidad de mitología y de relato que tenían las sociedades humanas desde el fondo del tiempo.
La televisión mucho menos. Comparativamente la imagen es menos importante. Lo importantes es que charlemos. En el cine la imagen es todo. Además la gente habla como en el mundo… hay una gran uniformidad en la imagen televisiva. Siempre hay un señor parado, mirándome y hablándome. O en un set un poco más grande. La imagen televisiva no es interesante. Es banal.
El fin de los medios masivos
I.P.: Has hablado de ciertas fases de la television…
E.V.: Eso viene de hace bastante. Umberto Eco dividió entre la paleo y la neo televisión… al respecto de eso yo soy de los que piensa que se termino la televisión. Ahora salió un libro en Buenos Aires el libro El fin de los medios masivos, comienzo de un debate, editado por Escolari y Mario Carlón. Donde hay distintos capítulos sobre distintos medios. Radio, música, CDS, cine, con varias secciones de dos o tres artículos escritos por distintas personas. Hay uno al final gracioso El fin de los nuevos medios. Es un primer trabajo de agrupamiento de cosas que se están discutiendo. Con respecto a la televisión concebida históricamente como ese mueble que está en todos los hogares, eso murió.
I.P.: ¿ Y qué tenemos?
E.V.: Para mí el elemento fundamental es la transferencia de la programación del consumo de la producción a la recepción. El audiovisual no va a desaparecer, por supuesto, si no que lo que va a desaparecer son ciertos modos de consumo del audiovisual. Los productos van a estar y yo los voy a poder consumir cuando quiera. Ahora, lo del cine es diferente, es posible que ciertas características que fueron muy importantes en la teoría de Metz (la sala obscura por ejemplo) termine descomponiéndose. Al respecto de eso, consumir una película no es lo mismo que mirar la televisión. El hecho fundamental es ese. Que va a haber una multiplicidad de soportes y va a haber una discusión por las tres pantallas para que el control del consumo pase al consumidor. Cosa que es normal en cualquier mercado. Dado que eso va a pasar los productos mismos van cambiando. Por que cuando uno pasa del consumo diario o semanal, o las series de televisión americanas como Lost tal día de la semana, cuando eso se termine, y uno pueda visionar en forma continua -como hace mucha gente que tiene veinte horas de Lost miradas una tras de otra- se volverá insoportable porque ese producto estaba pensado para un ritmo semanal que ya habrá desaparecido- entonces las repeticiones, la lentitud, de todo eso…la serie misma, la construcción va a tener que cambiar. No va a poder verse de la misma forma que cuando miraba la serie una vez a la semana. Todas esas cosas se van a adaptar a las nuevas condiciones del consumo.
Sobre crítica y semiótica
I.P.: ¿Qué lugar le puede caber a la crítica?
E.V.: De ese tema no podría dar una respuesta seria. Me acuerdo muy bien que el tema de la crítica fue un tema muy importante en las primeras reflexiones sobre cine. Tengo la experiencia empírica de lo que fue pasando en los países de los cuales conozco la evolución de los medios. Soy pesimista. A mí me parece que el género crítica en medios periodísticos desapareció. La opinión que puede tener el periodista sobre tal o cual película a la gente le importa un bledo. Con lo cual el discurso periodístico sobre el cine se vuelve informativo. No me importa si ese señor le parece una buena o mala película que era la función prescriptiva. Pero no es solo con respecto al cine si no en términos generales. Esas grandes figuras del periodismo…ya no existen más. Hubo figuras…grandes prescriptores sociales, su juicio era más importante. Ahora no hay más eso. Se perdió la autoridad cultural. La función prescriptiva. La sección espectáculos es una guía para saber que se va a ver.
I.P.: ¿No fue la semiología también un intento de sistematización de la lectura crítica y la enseñanza de los signos?
E.V.: Yo tengo ahí una actitud más crítica. Yo creo que eso fue parte de una soberbia de los semiólogos que se creían capaces de hacer la lectura de lo que correspondía de cada cosa. Yo no estoy de acuerdo con eso, por ejemplo, con el lector modelo de Umberto Eco. A mí me interesa la recepción, lo que le ocurre a la gente, pero para eso yo hago trabajo de campo. Pero desde mi punto de vista en términos de lectura -evaluación de obras que tienen alguna dimensión estética, no un observador científico- creo que el semiólogo no tiene que decir si tal obra es buena o no.
I.P.: ¿Qué mirada tienes sobre la semiología en América Latina en una mirada retrospectiva?
E.V.: Mirado en su conjunto, ese proceso de los últimos veinte años, lo que ha ocurrido es bueno. En Brasil, por ejemplo, es más fuerte que aquí. Una articulación bastante bien hecha entre semiología y ciencias de la comunicación, mejor que en Europa, y tuvo una dimensión social de entrada. En Europa la semiología se puso a estudiar a Joyce, Proust y en continuidad con los estudios literarios. En América Latina pasó menos. Hubo una preocupación por la inserción social de los medios de entrada. Después, la cosa creció. Cantidad de investigación, facultades, equipos de trabajo. Más que en Europa, donde la semiótica desapareció. Sigue habiendo la limitación burocrática típicamente francesa. Ahí creo que el problema es mucho más general y que va más allá de la semiótica y que es que la universidad está en crisis. Problema de fondo…tiene que ver con la comercialización del mercado académico. Problemas muy serios que hay q ponerse a discutir. La universidad no sabe más cuál es su misión. La articulación entre investigación, formación, empresas es confusa. En Europa es una catástrofe. Eso afecta a la semiótica también. Afecta a las ciencias sociales en general.
Pinto Veas, I. (2010). Semiótica, televisión y fin de los medios, laFuga, 11. [Fecha de consulta: 2024-11-21] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/semiotica-television-y-fin-de-los-medios/407